"Desde la miseria de cada quien, es donde mejor se lee la humanidad"
Sigo a la encantadora Flor Canosa por Facebook desde mediados de 2018. Sus posteos —ocurrentes, lúdicos, perspicaces, convocantes—, siempre me parecieron fragmentos de un mundo interior inmenso. Así es que enseguida me surgió el interés de hacerle preguntas para conocerla. Recién este año, cuando me sumergí en su literatura, la simple idea se hizo ganas inmensas. Empecé leyendo su última novela, Pulpa. En el medio de esa experiencia intensa (que no dejo de recomendar), le escribí por privado para proponerle la entrevista. Ella aceptó con mucha amabilidad, aunque me pidió que fuera por chat. Insistí en el encuentro en persona, pero me dijo que solo conseguiría balbuceos de su parte y que prometía que después nos juntaríamos a tomar un café y me regalaría su segundo libro, Bolas. Me gustó eso y a la vez me frustré un poco porque me apena lo que limita la virtualidad. Miré su muro otra vez y la descripción perfecta que hace en su presentación y pensé: una reina de las palabras dispuesta a responder todas mis preguntas. ¿Me lo voy a perder?
No se alinearon los planetas para coordinar horarios. Se nos complicó coincidir, hasta que por fin Agosto nos encontró sentadas frente a la computadora para empezar la entrevista. Tampocó internet fue un aliado: diez minutos antes de la hora pactada, se cortó el wifi en mi casa. Así es que fui preguntando sostenida por los datos móviles y el celular. Ella tampoco tenía buena conexión. Sin embargo, hicimos realidad este reportaje que es una ensalada de temas. Prueben, creo que sabe muy bien.
Timidez. Siento que no logro que las neuronas hagan sinapsis cuando estoy en presencia. Me pasa hasta para pedir turno con el médico. Debe ser uno de los motivos por los cuales siempre elegí profesiones que tuviesen que ver con escribir y el ostracismo. Debe ser, también, motivo por el cual las redes sociales se volvieron un canal de expresión tan importante para mí (escritura, militancia, etc). Por este medio el narcisismo se puede resguardar mejor. Responder por escrito me da tiempo de pensar, de no titubear ni quedar en blanco. Filtrarle las arrugas al cerebro.
Y te aceptás así como sos. ¿No te proponés cambiarlo ni nada? No es que "haya que", solo pregunto para conocerte.
Hice esfuerzos enormes por cambiarlo. Si me conocés, no se me nota. Quizás, a lo sumo, pienses que parezco menos simpática que por escrito, o menos brillante (no digo que sea brillante, pero hago mi mejor esfuerzo por tomarme un minuto para pensar la respuesta, masticarla un poco, convertirla en algo más jugoso). Hice teatro, pero, claro, con un guion en la mano es todo más fácil. Me desnudé en teatro, incluso. Fui entrevistada en programas de TV que me provocaron enfermedades previas, imaginate...
¿Te desnudaste amparada por un personaje? ¿Eso te lo permitió?
Absolutamente. Creo que siempre que me desnudo, incluso en la intimidad, estoy amparada por algún tipo de personaje, aunque sea la construcción más honesta de mí misma.
Me interesa saber de tu contexto ahora. Para ubicarnos en qué estás mientras respondés.
¿Contexto en qué sentido? ¿Si estoy desnuda en el living de casa? Jajajajaja (se me cayó internet a mí también, pero ya está reiniciando el módem)
Jajajajja. No, cómo te sentís, lo que sea. Ya que no puedo percibir eso desde las letras.
Nunca me hicieron una entrevista "escrita en vivo" y está buenísimo. Y te agradezco que me hayas permitido ese "capricho".
Jajajja. Te agradezco que quieras responder.
No amplió más del contexto, así que seguimos.
Según contaste, empezaste a escribir inspirada por tu hermana y tu padre que escribían. ¿Qué edad tenías?
6 años cuando escribí mis primeros "poemas". Mi viejo escribía poesía y teatro. Mi hermana, más que nada poesía. Yo siempre estuve bastante lejos de la poesía, aunque de vez en cuando, caigo.
¿Caés y lo disfrutás?
Sí, a veces no encuentro otra forma de expresarme.
O sea que te apropiaste de esa actividad enseguida. ¿No fue seguir a tu viejo y a tu hermana, sino encontrar tu propio medio?
Me di cuenta de que estaban esos papeles viejos ahí, en carpetas, y que se parecían a los más de 5000 libros que estaban en el biblioteca familiar y lo que, en principio, puede haber sido un mecanismo para sentirme mayor o tener algo más en común (tengo 10 años menos que mi hermana, fui una nena criada entre adultos), se volvió más divertido que otros juegos. Tampoco teníamos una gran situación económica, entonces para mí jugar era armar historias con muñecos de papel recortados de revistas. Suena muy dramático, pero en realidad, a la distancia, me hizo quien soy.
¿Sos y fuiste más de leer que de escribir? ¿O al revés? ¿O a la par?
No creo que se pueda escribir sin leer (o sin haber leído). En mi caso, tengo momentos de mayor escritura y otros de ávida lectura. En este momento creo que van a la par. Lo que sí, con los años, siento que tengo menos paciencia para la lectura. Ya no me da pudor abandonar un libro a las 10 páginas, como tampoco abandonar un escrito apenas me doy cuenta que no conduce a nada. Antes me aferraba más a la idea de seguir hasta el final.
¿Cómo elegís qué leer? ¿Qué te guía? ¿Variás? ¿Te recomiendan? ¿Probás?
Eso también es variable. Desde que publiqué mi primer libro y empecé a conocer a mis pares, lxs leo mucho a ellxs. También, en la actualidad, estoy en pareja con un librero, lo cual amplía el espectro de "recomendación inmediata". Por momentos busco lecturas que estén relacionadas con lo que estoy escribiendo en el momento. Y como tengo también muchos libros sin leer, a veces simplemente agarro cualquiera y dejo que me lleve.
Siempre es lindo saber qué leen lxs escritores que leemos. ¿Qué fue lo último que leíste que te haya gustado mucho?
Estoy leyendo "La expansión del universo", una novela de Ramiro Sanchiz, que fue el contratapista de Pulpa, un escritor uruguayo de ciencia ficción y "weir" que me gusta hace años. También leí los cuentos de los dos libros de Francisco Cascallares. Son hermosos.
¿Por qué antes de venirte a vivir a Buenos Aires esta ciudad para vos era la panacea? (Leí que dijiste eso).
Sí. Pasé entre los 3 y los 17 en Mercedes, Pcia. de Buenos Aires. Es una ciudad chiquita, con limitada oferta cultural. Cuando era chica, cerraron el cine, por ejemplo, y lo convirtieron en boliche. La vida pasaba por comprar libros en la librería de canje, alquilar pelis en el videoclub o jugar a los fichines en el único local que existía. La escuela enfrente, la plaza, más adelante el grupo de Teatro. Nos conocíamos todos, con lo bueno y malo de eso. Mi hermana vivía acá en Capital y yo sentía, cada vez que venía, que me explotaba el corazón y los ojos. Claro que se puede tener una vida chiquitita en cualquier lado, o una vida enorme en un pueblo. Fue una fascinación medio engañosa, la mía.
¿Y tenés una vida chiquitita o enorme?
Creo que a los 40, ya no la puedo medir en esos términos. Y que la vida, como el universo, se expande a medida que avanzamos. Parada acá, al borde de lo que fui, con lo que soy por delante, no extraño nada de lo que pasó (a nivel personal, a nivel político, extraño muchísimas cosas).
Ojalá dentro de poco ya ni eso tengas que extrañar (Flor reacciona con un Me encanta)
En una entrevista dijiste que viajar a Europa, por tu Luna de miel, te abrió la cabeza. Suele decirse eso de que “los viajes te abren la cabeza”. ¿Cómo lo describirías vos y en vos?
Hay algo en el aire de los viajes (no necesariamente a Europa, ese fue un bonus total), que te oxigena la cabeza. Es un privilegio haber podido ver, oler, tocar, los lugares de los libros y las películas. Escuchar hablar en italiano o francés, adaptarse brevemente a una vida diferente. Me pasa lo mismo si voy a, no sé, Tandil... siempre moverse del camino diario es movilizante. Es un poco jugar a ser otrx, desde adentro del escenario que imaginabas.
En tus libros (pude leer Lolas estos días, me lo prestaron) los personajes son lejanos a vos. ¿Los buscás lejanos a propósito? ¿O también están tus sentimientos en ellxs? O capaz vos no los sentís ajenos…
Creo que sos una de las primeras personas que ve a Julia (la protagonista de Lolas) lejana a mí. Y lo es, es muy lejana en muchas cosas. Pero, al mismo tiempo, convivir tanto tiempo en la construcción de esos personajes, los vuelve compañeros de hogar. Y entonces sabés cuándo van al baño, en qué posición duermen, cómo se ponen cuando se enojan. Son lejanos porque el desafío es no ser autorreferencial. Tanto en Lolas como en Bolas traté de jugar a una "literatura del yo" que no fuera de "mi yo".
¿Cómo hacés para que no sean planos esos personajes, siendo que es otro yo? ¿Sos observadora de lxs otrxs? ¿Te interesa la psicología? Porque de verdad lo lográs.
¡Gracias! Me interesa la psicología, pero muy desde afuera, me interesa más observar y entender. Observarme y entenderme, también. Presenciar los cataclismos humanos. Desde la miseria de cada quien, es donde mejor se lee la humanidad. Y, además, como vengo del mundo del cine, la curva de transformación, los puntos de giro son importantes.
Leí Lolas medio prejuzgando al personaje y después fue sumergirme en toda su humanidad. La extrañaba cuando no la leía, jajaja.
Sí, Julia es insoportable y por eso la terminamos queriendo. Ni te cuento el protagonista de Bolas, Federico. Y bueno, los de "Pulpa" son un planeta aparte.
Y en el mundo real, ¿cómo te llevas con lxs otrxs muy distintos a vos? En lo cotidiano y también en lo ideológico, político.
Tengo una tolerancia "libriana" que me hace ser muy diplomática. De todas formas, me alejo enseguida, sutilmente. Odio la confrontación (lo cual a veces es muy doloroso, porque tiendo a hacer mutis por el foro en lugar de enfrentar). Eso lo estoy aprendiendo. Siempre depende a qué nivel están las diferencias. Tengo muchos años de convivencia (media vida, diría) con mis parejas. Soy madre, también. Se termina aprendiendo a convivir con el "diferente". En lo político, me cuesta mucho más. Me cuesta no llevar lo político a lo personal. ¿Sería amiga de un macrista? No creo. Ahí me separa un proyecto colectivo; siento que no sólo me hace mal a mí sino que está condenando a todo un pueblo. Ahí me vence el sentido de la justicia (¿libriano también?) y me salta la térmica. Eso sí, puteo y desaparezco, no sea cosa de quedarme a confrontar. En eso soy hipersensible, me pongo a llorar si me hablan con mayúsculas.
¿Tenés media hora más? Así elijo las preguntas... Tengo un montón. Me cuesta elegir, jajaajaj.
Tengo. Y si te queda corto, seguimos mañana o pasado
Joya. ¿Y creés que es posible entenderse con alguien que piensa distinto en política? No te digo con un macrista, ¿pero un del caño y un peroncho? ¿Hay forma de transformarnos unes a otres o estamos fijos?
No creo que estemos fijos. Yo, por lo menos, no lo estoy. Fui muy de izquierda, a dos pelos de ser gorila. Por antimenemista, voté a De la Rúa (mi hijo y mis amigos no entienden cómo puedo reconocerlo) y el kircherismo me volvió lo que soy ahora. Con los "troskos" tengo mucho en común, pero me cuesta no pelearme por detalles. Creo que todxs, en esta época, estamos en un momento de mucha movilización política. Luchas coyunturales como las reinvidicaciones feministas (muy resistidas por algunos sectores del peronismo más conservador), nos están enfrentando entre nosotrxs y está muy bien que eso pase. Está muy bien que tengamos luchas intestinas, el aprendizaje, la autocrítica, el reconocer que estamos en un proceso. Nada que sea inmóvil, avanza. Y muchas veces hay que romper todo para construir algo mejor.
En tu Facebook tenés un montón de seguidores hombres ¿Les dejás pasar el machismo, te ponés combativa o elegís las batallas? (Agrego el siguiente comentario mientras me responde) Viste que, nadando en el Feminismo actual, la mayoría de los hombres no sabe para dónde nadar... sin patalear...
Elijo las batallas. No siempre tiene sentido "atender boludos". En el mejor de los casos, les entiendo el enquistamiento patriarcal y los mando a deconstruirse un cacho. Están en un proceso donde ni ellos saben dónde meterse y, a veces, nosotras tampoco sabemos dónde meterlos. Odio pasar horas discutiendo por Facebook. Justo eso te estaba respondiendo (lo dice por mi comentario). Ni siquiera soy la misma que hace, no sé, cinco años, respecto a lo que dejo pasar o lo que discuto. No me parecen bien las mismas cosas que antes naturalizaba.
En tu Facebook tenés un montón de seguidores hombres ¿Les dejás pasar el machismo, te ponés combativa o elegís las batallas? (Agrego el siguiente comentario mientras me responde) Viste que, nadando en el Feminismo actual, la mayoría de los hombres no sabe para dónde nadar... sin patalear...
Elijo las batallas. No siempre tiene sentido "atender boludos". En el mejor de los casos, les entiendo el enquistamiento patriarcal y los mando a deconstruirse un cacho. Están en un proceso donde ni ellos saben dónde meterse y, a veces, nosotras tampoco sabemos dónde meterlos. Odio pasar horas discutiendo por Facebook. Justo eso te estaba respondiendo (lo dice por mi comentario). Ni siquiera soy la misma que hace, no sé, cinco años, respecto a lo que dejo pasar o lo que discuto. No me parecen bien las mismas cosas que antes naturalizaba.
¿Se te ocurre algún ejemplo?
Reacciono mucho peor ante un comentario "pajero" que hace unos años, como ejemplo banal. Y lo que no permito, bajo ningún concepto, es que minimicen la lucha feminista o se burlen de ella. Va a puteada y bloqueo, ni siquiera acepto una chicana.
Bueno, tengo unas 5 más y prefiero hacerlas tranqui. Mejor seguimos mañana o pasado como me dijiste. ¿Te escribo mañana y coordinamos?
Reacciono mucho peor ante un comentario "pajero" que hace unos años, como ejemplo banal. Y lo que no permito, bajo ningún concepto, es que minimicen la lucha feminista o se burlen de ella. Va a puteada y bloqueo, ni siquiera acepto una chicana.
Bueno, tengo unas 5 más y prefiero hacerlas tranqui. Mejor seguimos mañana o pasado como me dijiste. ¿Te escribo mañana y coordinamos?
Por supuesto! Yo mañana estoy libre hasta las 16 (a la tarde se me complica porque mi hijo tiene mil actividades y lo llevo y traigo). Si no, vemos el jueves a la tardecita. Cuando vos estés lista. Gracias por esta entrevista. Me gusta mucho.
Genial, quizás al mediodía puedo! ¡Te escribo! Mil gracias por tanta dedicación para responder.
Un placer.
Abrazo, Flor! Un gusto. Y me encantó Lolas. Me encontré mucho en ella al final.
Qué bueno!!! Bueno, justamente Lolas es de otro momento. Pero como le dije a Guebel en la entrevista, que la autora sea feminista no significa que el personaje lo tenga que ser.
Mañana la seguimos, vaya tranqui. Y cuando nos crucemos, te regalo Bolas.
Síí! Beso!
A la mañana del día siguiente, acordamos que al mediodía, en mi hora de almuerzo en el trabajo, podíamos continuar con la entrevista. A la una en punto, retomamos:
Cuando estés, avisame.
Andá tirando la pregunta mientras preparo mate!
Regio! ¿Qué significa tatuarte para vos?
Es otra forma de expresión. El cuerpo siempre tiene mucha relevancia en mi escritura y el hecho de poder transformarlo de una forma personal (más allá de la moda de los tatuajes, porque es un moda extrema, eterna), llevar algo fijo, elegir un diseño y bancárselo toda la vida y, a la vez, bancarse la mirada de otrxs, para mí es una forma de expresión potente. Por lo general me aburro de la ropa, de los peinados, del maquillaje y, por otro lado, elijo algo que no cambia. Me gusta el ritual de obsesionarme con un dibujo, de trabajarlo, imaginarlo en mí y también disfruto ese dolor voluntario.
¿Entendés por qué disfrutás de ese dolor voluntario?
El dolor pone al cuerpo en el presente. Estaba pensando que es un dolor con un fin mayor, pero eso significaría que me tendría que encantar el torno del dentista sin anestesia y no es así. Cada vez que me siento en la silla del tatuador y arranca, pienso: "¿Por qué estoy haciendo esto de nuevo?". Y el cuerpo siempre reacciona diferente. Hay sesiones insoportables. En otras me he dormido, te juro. Pero durante ese tiempo, el foco está en el cuerpo y la mente no tiene dónde ir. Es loco, nunca lo había pensando así.
(Light las preguntitas, ¿no? jajajja)
Tranqui, usted dispare.
¿Por qué tu foco, en las historias que contás, está puesto en el cuerpo?
El cuerpo afecta todo, modifica todo. No somos lxs mismxs cuando algo falta, cuando algo duele, cuando algo se puede perder. La mente es el software que necesita del hardware del cuerpo. Si algo falla en el cuerpo, la mente tiene que crear otros circuitos para su funcionamiento. No puedo evitar escribir desde ahí.
¿Tenés algo en Tauro?
Nada en Tauro. Sol en Libra, ascendente en Leo y Luna en Acuario. Creo que no tengo ni un planeta en Tauro, sólo buenxs amigxs del signo.
Jajajaja. OK, creás tu propia tierra y sensorialidad taurina al escribir, entonces. (Para no decir que no la pegué).
Jajajajaja. Soy puro aire y fuego. De tierra tengo macetas, nomás.
¿La maternidad era un deseo, un mandato o fue una sorpresa? ¿Qué cambios te trajo el rol de madre?
La maternidad fue un deseo, pero no un deseo arrastrado desde la infancia ni un mandato. Hasta que elegí serlo, nunca había tenido esa urgencia ni ese deseo. No sentía que tuviera obligación de ser madre. Cuando el deseo se hizo material e intenso, cuando fue recíproco con mi pareja, al mes estaba embarazada. Y lo cambió todo. Todo. El foco deja de ser centrípeto. Lo que no importaba, importa. Creo que la maternidad me hizo encontrar la mejor versión de mí misma, al distanciarme de mi propio ego.
¿Te fluye serlo y no te cuesta?
Cuesta un ovario. No creo cuando me dicen que les resulta natural, por lo menos para mí es una construcción casi diaria. Pasé por grandes altibajos. Ahora mi hijo es más grande y tengo otros problemas (se viene la pubertad a velocidad luz), pero pienso que debemos permitirnos ser imperfectas y conciliarnos con nuestras dificultades. El hijo y los tatuajes son para siempre.
Varias veces leí que se puede conocer más claramente a alguien por lo que odia que por lo que ama. ¿Qué odia Flor Canosa?
Uffff. Odio la violencia del poderoso sobre el débil. Odio el neoliberalismo salvaje que deja a la gente en la miseria. Odio descubrir una traición y una mentira, en cualquier ámbito pero sobre todo el sentimental. Odio hablar en público (ya lo sabés). Odio que mi hijo sufra. Odio la injusticia. Y podría seguir toda la tarde.
¿Y qué te hace reír? (para mí esto también ayuda a conocerse)
Eso es, incluso, más complicado. No las cosquillas (son la obligación de reír), a veces me hacen reír las torpezas (en la gente, no en las películas), el humor negro, los juegos de palabras, los fallidos. Salvo que los fallidos sean de algunos gobernantes, ahí van a la lista de arriba.
¿Por qué decís que es más complicado?
Creo que tengo racionalmente más claro lo que odio, porque tiene que ver con ciertos valores. Y porque soy siempre muy contenida hasta para reaccionar a lo que odio. Le busco la vuelta. En cambio, la risa me sorprende, siento que pasa por otra parte del cuerpo (otra vez el cuerpo)
¿Por qué sos contenida?
Me asusta el desborde. No me asusta lo que yo pueda hacer porque no me considero violenta ni que se me nuble la razón nunca. En eso no soy muy pasional. Creo que tiene que ver con lo mismo que hablamos de la imposibilidad de confrontación, de cierto miedo de lastimar al otro.
¿Hay cosas, consejos o experiencias que sepas que te ayudaron a avanzar en el camino de la escritura?
Creo que en estos años de mayor exposición, aprendí que hay que ser autocríticx, humilde y escaparle al apuro de publicar. El proceso es lo más interesante de la escritura, más aún que tener un libro en la mano. El libro publicado aquieta los demonios del ego, pero cuando el libro es oportunista o soberbio, no hay vuelta atrás. Está ahí para siempre. Y te querés matar, porque siempre lo escribirías todo de nuevo. Es algo que estoy aprendiendo. A no apurarme, a leerme con detenimiento, a no tener fiaca de corregir una y mil veces. Después, en la escritura, creo que cada persona tiene su propio modo de encarar la construcción del texto. Por eso hay mil talleres y métodos. No creo tener uno en especial.
Como sabés, considero que Pulpa más que una lectura es una experiencia y muy particular. ¿Cómo fue tu experiencia en la escritura de esa historia?
Rarísima. Porque lo escribí en un mes, más o menos. Como poseída por algo. Luego, tuvo tiempo de corrección y la mirada de los editores, pero para mí fue una experiencia intensa, también. Y me encanta que se sienta así para afuera.
¿Qué podemos saber de lo nuevo que estás escribiendo?
Acabo de terminar una novela. Dialoga, de alguna forma, con Pulpa, aunque sea muy diferente literariamente. No anticipo mucho más porque está en un concurso y también la tiene mi editor. También estuve escribiendo algunos cuentos que me encargaron para antologías y, junto a mi pareja, estamos escribiendo una novela gráfica. De todo un poco.
Desde 2018, todos los lunes al mediodía, Flor Canosa junto con su pareja y un grupo de personas realizan una olla popular en una esquina de Medrano y Corrientes, Ciudad de Buenos Aires.
¿Qué te trae la experiencia de generar una olla popular?
Salir de la inercia de militar sólo moviendo los dedos en el teclado, cosa también hago y no menosprecio para nada. Es la herramienta del momento y se aprovecha de ambos lados (de la grieta). Pero poner el cuerpo (una vez más), es otra cosa. No es paliar el hambre, eso no lo vamos a lograr con una olla semanal, pero funciona para visibilizar una problemática y para poder interactuar con los invisibles del sistema, no seguir esquivando el bulto ni sensibilizándose a través de la ventana negra de la pantalla. Además, lo hacemos sin banderas partidarias pero sí con el espíritu político. El hambre es político.
¿Qué creés que viene después de la muerte?
Nada por fuera. Siempre lo sentí así. Mis viejos se murieron cuando era chica y todo lo que quedó es ausencia. Todo lo que quedó es recuerdo. Los muertos siguen viviendo en los vivos, no creo en nada espiritual ni inmaterial. Soy completamente atea.
¿Tenés algún espacio de algo que para vos sea espiritual en tu vida? o nada?
Espacio en vos, digo.
En este momento, no. Lo tuve. Sé que me ayudó creer en algo (en la naturaleza, en los astros, cosas así) en algunos momentos de debilidad. Quizás creo en la energía de la gente que me rodea, en esa retroalimentación positiva, en el bienestar que me provoca ser querida y querer. Creo que lo espiritual, para mí, pasa por ese lado.
¿Qué cosas sostienen tu estabilidad emocional? (Igual no sé si sos más… montaña rusa o un lago sereno)
Por lo general soy tranquila. Ahí es donde vuelve mi hijo. Es el ancla de la estabilidad. Y lxs amigsx, la pareja, mi hermana, mis compas de laburo. Trato de encontrar los puntales en la gente que me rodea, abrirme y pedir ayuda cuando me siento desbordada. De todas formas, una psicóloga hace unos años me dijo que tendría que practicar boxeo para descargar un poco. Quizás empiece...
Última: ¿Qué pregunta (o preguntas) te hacés y aún no podés responderte?
¿Podré alguna vez sentirme cómoda para una entrevista en vivo? (chiste, chiste) Mirá, estoy muy atravesada por la política en este momento. Creo que la pregunta que más me hago últimamente es: ¿podremos salir de este ciclo perverso de empobrecimiento? ¿alcanzaremos el potencial que tenemos como país rico en recursos y habilidades? Creo que va por ese lado. Seguramente, más tarde me acuerde de otras preguntas existenciales o personales. También me pregunto por el futuro de mi hijo, pero es algo que está muy fuera de mi alcance.
BONUS TRACK: el mate que estás tomando, ¿es dulce o amargo?
Amargo, me quedé sin miel para el primero. De todas formas, no soy una fundamentalista del mate amargo.
Genial, quizás al mediodía puedo! ¡Te escribo! Mil gracias por tanta dedicación para responder.
Un placer.
Abrazo, Flor! Un gusto. Y me encantó Lolas. Me encontré mucho en ella al final.
Qué bueno!!! Bueno, justamente Lolas es de otro momento. Pero como le dije a Guebel en la entrevista, que la autora sea feminista no significa que el personaje lo tenga que ser.
Mañana la seguimos, vaya tranqui. Y cuando nos crucemos, te regalo Bolas.
Síí! Beso!
A la mañana del día siguiente, acordamos que al mediodía, en mi hora de almuerzo en el trabajo, podíamos continuar con la entrevista. A la una en punto, retomamos:
Cuando estés, avisame.
Andá tirando la pregunta mientras preparo mate!
Regio! ¿Qué significa tatuarte para vos?
Es otra forma de expresión. El cuerpo siempre tiene mucha relevancia en mi escritura y el hecho de poder transformarlo de una forma personal (más allá de la moda de los tatuajes, porque es un moda extrema, eterna), llevar algo fijo, elegir un diseño y bancárselo toda la vida y, a la vez, bancarse la mirada de otrxs, para mí es una forma de expresión potente. Por lo general me aburro de la ropa, de los peinados, del maquillaje y, por otro lado, elijo algo que no cambia. Me gusta el ritual de obsesionarme con un dibujo, de trabajarlo, imaginarlo en mí y también disfruto ese dolor voluntario.
¿Entendés por qué disfrutás de ese dolor voluntario?
El dolor pone al cuerpo en el presente. Estaba pensando que es un dolor con un fin mayor, pero eso significaría que me tendría que encantar el torno del dentista sin anestesia y no es así. Cada vez que me siento en la silla del tatuador y arranca, pienso: "¿Por qué estoy haciendo esto de nuevo?". Y el cuerpo siempre reacciona diferente. Hay sesiones insoportables. En otras me he dormido, te juro. Pero durante ese tiempo, el foco está en el cuerpo y la mente no tiene dónde ir. Es loco, nunca lo había pensando así.
(Light las preguntitas, ¿no? jajajja)
Tranqui, usted dispare.
¿Por qué tu foco, en las historias que contás, está puesto en el cuerpo?
El cuerpo afecta todo, modifica todo. No somos lxs mismxs cuando algo falta, cuando algo duele, cuando algo se puede perder. La mente es el software que necesita del hardware del cuerpo. Si algo falla en el cuerpo, la mente tiene que crear otros circuitos para su funcionamiento. No puedo evitar escribir desde ahí.
¿Tenés algo en Tauro?
Nada en Tauro. Sol en Libra, ascendente en Leo y Luna en Acuario. Creo que no tengo ni un planeta en Tauro, sólo buenxs amigxs del signo.
Jajajaja. OK, creás tu propia tierra y sensorialidad taurina al escribir, entonces. (Para no decir que no la pegué).
Jajajajaja. Soy puro aire y fuego. De tierra tengo macetas, nomás.
¿La maternidad era un deseo, un mandato o fue una sorpresa? ¿Qué cambios te trajo el rol de madre?
La maternidad fue un deseo, pero no un deseo arrastrado desde la infancia ni un mandato. Hasta que elegí serlo, nunca había tenido esa urgencia ni ese deseo. No sentía que tuviera obligación de ser madre. Cuando el deseo se hizo material e intenso, cuando fue recíproco con mi pareja, al mes estaba embarazada. Y lo cambió todo. Todo. El foco deja de ser centrípeto. Lo que no importaba, importa. Creo que la maternidad me hizo encontrar la mejor versión de mí misma, al distanciarme de mi propio ego.
¿Te fluye serlo y no te cuesta?
Cuesta un ovario. No creo cuando me dicen que les resulta natural, por lo menos para mí es una construcción casi diaria. Pasé por grandes altibajos. Ahora mi hijo es más grande y tengo otros problemas (se viene la pubertad a velocidad luz), pero pienso que debemos permitirnos ser imperfectas y conciliarnos con nuestras dificultades. El hijo y los tatuajes son para siempre.
Varias veces leí que se puede conocer más claramente a alguien por lo que odia que por lo que ama. ¿Qué odia Flor Canosa?
Uffff. Odio la violencia del poderoso sobre el débil. Odio el neoliberalismo salvaje que deja a la gente en la miseria. Odio descubrir una traición y una mentira, en cualquier ámbito pero sobre todo el sentimental. Odio hablar en público (ya lo sabés). Odio que mi hijo sufra. Odio la injusticia. Y podría seguir toda la tarde.
¿Y qué te hace reír? (para mí esto también ayuda a conocerse)
Eso es, incluso, más complicado. No las cosquillas (son la obligación de reír), a veces me hacen reír las torpezas (en la gente, no en las películas), el humor negro, los juegos de palabras, los fallidos. Salvo que los fallidos sean de algunos gobernantes, ahí van a la lista de arriba.
¿Por qué decís que es más complicado?
Creo que tengo racionalmente más claro lo que odio, porque tiene que ver con ciertos valores. Y porque soy siempre muy contenida hasta para reaccionar a lo que odio. Le busco la vuelta. En cambio, la risa me sorprende, siento que pasa por otra parte del cuerpo (otra vez el cuerpo)
¿Por qué sos contenida?
Me asusta el desborde. No me asusta lo que yo pueda hacer porque no me considero violenta ni que se me nuble la razón nunca. En eso no soy muy pasional. Creo que tiene que ver con lo mismo que hablamos de la imposibilidad de confrontación, de cierto miedo de lastimar al otro.
¿Hay cosas, consejos o experiencias que sepas que te ayudaron a avanzar en el camino de la escritura?
Creo que en estos años de mayor exposición, aprendí que hay que ser autocríticx, humilde y escaparle al apuro de publicar. El proceso es lo más interesante de la escritura, más aún que tener un libro en la mano. El libro publicado aquieta los demonios del ego, pero cuando el libro es oportunista o soberbio, no hay vuelta atrás. Está ahí para siempre. Y te querés matar, porque siempre lo escribirías todo de nuevo. Es algo que estoy aprendiendo. A no apurarme, a leerme con detenimiento, a no tener fiaca de corregir una y mil veces. Después, en la escritura, creo que cada persona tiene su propio modo de encarar la construcción del texto. Por eso hay mil talleres y métodos. No creo tener uno en especial.
Como sabés, considero que Pulpa más que una lectura es una experiencia y muy particular. ¿Cómo fue tu experiencia en la escritura de esa historia?
Rarísima. Porque lo escribí en un mes, más o menos. Como poseída por algo. Luego, tuvo tiempo de corrección y la mirada de los editores, pero para mí fue una experiencia intensa, también. Y me encanta que se sienta así para afuera.
¿Qué podemos saber de lo nuevo que estás escribiendo?
Acabo de terminar una novela. Dialoga, de alguna forma, con Pulpa, aunque sea muy diferente literariamente. No anticipo mucho más porque está en un concurso y también la tiene mi editor. También estuve escribiendo algunos cuentos que me encargaron para antologías y, junto a mi pareja, estamos escribiendo una novela gráfica. De todo un poco.
Desde 2018, todos los lunes al mediodía, Flor Canosa junto con su pareja y un grupo de personas realizan una olla popular en una esquina de Medrano y Corrientes, Ciudad de Buenos Aires.
¿Qué te trae la experiencia de generar una olla popular?
Salir de la inercia de militar sólo moviendo los dedos en el teclado, cosa también hago y no menosprecio para nada. Es la herramienta del momento y se aprovecha de ambos lados (de la grieta). Pero poner el cuerpo (una vez más), es otra cosa. No es paliar el hambre, eso no lo vamos a lograr con una olla semanal, pero funciona para visibilizar una problemática y para poder interactuar con los invisibles del sistema, no seguir esquivando el bulto ni sensibilizándose a través de la ventana negra de la pantalla. Además, lo hacemos sin banderas partidarias pero sí con el espíritu político. El hambre es político.
¿Qué creés que viene después de la muerte?
Nada por fuera. Siempre lo sentí así. Mis viejos se murieron cuando era chica y todo lo que quedó es ausencia. Todo lo que quedó es recuerdo. Los muertos siguen viviendo en los vivos, no creo en nada espiritual ni inmaterial. Soy completamente atea.
¿Tenés algún espacio de algo que para vos sea espiritual en tu vida? o nada?
Espacio en vos, digo.
En este momento, no. Lo tuve. Sé que me ayudó creer en algo (en la naturaleza, en los astros, cosas así) en algunos momentos de debilidad. Quizás creo en la energía de la gente que me rodea, en esa retroalimentación positiva, en el bienestar que me provoca ser querida y querer. Creo que lo espiritual, para mí, pasa por ese lado.
¿Qué cosas sostienen tu estabilidad emocional? (Igual no sé si sos más… montaña rusa o un lago sereno)
Por lo general soy tranquila. Ahí es donde vuelve mi hijo. Es el ancla de la estabilidad. Y lxs amigsx, la pareja, mi hermana, mis compas de laburo. Trato de encontrar los puntales en la gente que me rodea, abrirme y pedir ayuda cuando me siento desbordada. De todas formas, una psicóloga hace unos años me dijo que tendría que practicar boxeo para descargar un poco. Quizás empiece...
Última: ¿Qué pregunta (o preguntas) te hacés y aún no podés responderte?
¿Podré alguna vez sentirme cómoda para una entrevista en vivo? (chiste, chiste) Mirá, estoy muy atravesada por la política en este momento. Creo que la pregunta que más me hago últimamente es: ¿podremos salir de este ciclo perverso de empobrecimiento? ¿alcanzaremos el potencial que tenemos como país rico en recursos y habilidades? Creo que va por ese lado. Seguramente, más tarde me acuerde de otras preguntas existenciales o personales. También me pregunto por el futuro de mi hijo, pero es algo que está muy fuera de mi alcance.
BONUS TRACK: el mate que estás tomando, ¿es dulce o amargo?
Amargo, me quedé sin miel para el primero. De todas formas, no soy una fundamentalista del mate amargo.